Por Nicanor Malacara

EL DIPUTADO “ARCOIRIS”, Usurpador, Farsante y Traidor Bautizado por reporteros y homofóbicos compañeros de bancada con el mote de “Diputado Arcoíris, por su respetada y vasta cultura “open mind” y la noble labor de promover y apoyar la Diversidad Sexual, José Alberto Granados Favila, el aspirante a la alcaldía de Matamoros, al presentar un falso título universitario inexistente ante una autoridad competente, sin cursar estudios de Licenciatura y Maestría y menos, tener Cédula Profesional ante la SEP, infringió el artículo 262 del Código Penal de la Federación con el delito Usurpación de Profesión.

Y lo que ha hecho es una farsa, y por tanto es un usurpador y farsante y lo peor del caso, que también es un traidor, porque traicionó a sus representados y a sus principios morales, es decir, cometió una grave falta de ética política y social.

Es un legislador local, que sin saber leer y escribir, hace, vota y debe respetar leyes, y es el primero que las viola y las incumple. El 29 de junio pasado, fue la burla nacional en televisión, en medios impresos y redes sociales https://www.infobae.com/mexico/ 2023/06/29/diputado-de-morena-que-no-sabe-leer-causas-risas-en-congreso-de-tamaulipas-video/).

Sin embargo, también trasgrede los artículos 108,109,110,111, y112 constitucionales porque ese un servidor público que miente, engaña y se hace acreedor a una multa administrativa o a un juicio político que lo retiraría del cargo de elección popular que ostenta.

Y estos artículos se refieren sobre la sanción a servidores públicos que han violentado el buen funcionamiento de las instituciones. Aprueba sancionar, destituir o inhabilitar a los funcionarios que incurran en violaciones a la constitución. Además, el artículo 35 constitucional, refiere si la mayoría vota para separar de un cargo a un servidor público.

En términos penales, cometió una ilicitud, es un usurpador de profesión, es decir, tiene una responsabilidad legal que de ser denunciado ante la Fiscalía General de la República tendrá consecuencias legales, según penalistas que pidieron guardar el anonimato, porque ostenta in título falso ante autoridades competentes.

Si los diputados, si la oposición tiene voluntad política, el “Diputado del Arcoríris” puede ser inhabilitado o separado de su cargo.

Los hechos como son, la historia como fue…

Al consultar la página del Congreso Local sobre la preparación de los diputados de los diferentes partidos encontré que el Diputado del Arcoíris, –así le apodan porque en una sesión llevó a diferentes miembros de la Diversidad Sexual, LGBT y acremente cuestionado por los socarrones y homofóbicos compañeros diputados–, y encontramos que Granados Fávila es Licenciado y con Maestría en Administración Pública y según su Currículum Vitae, estudió en la Universidad Tecmilenio, con sede en Monterrey, Nuevo León, en el Campus en la Ciudad de Matamoros, cerrado hace 8 años.

Es decir, actualmente tiene 38 años de edad, lo que significa que terminó a los 29 o 30 años, cuando lo normal de terminación de carrera es a los 23 o 25 años.

¿Sería fósil por perder el tiempo, cargando las maletas a Luis Biasi, la pareja sentimental de Lety Salazar y hoy Predicador de la Palabra de Dios?

Toda Universidad que se precie de ser seria y legal y con todos los requisitos, registrada ante la Dirección de Profesiones de la Secretaria de Educación Pública, tiene la obligación de inscribir a sus egresados ante el Sistema de Cédulas Profesionales.

Y lo que hace el señor diputado es presentar un Título “provisional”, obviamente, falso, con fecha de 24 de agosto del 2018, pero con la Licenciatura de Administración de Empresas. A todas luces, es un acto ilícito. Un fraude, un delito que incurre en la Usurpación de Profesión.

¿Pues, no que era de Administración Pública?

Según una pitarra que fue su ex colaborador en la Secretaria del Bienestar en el Ayuntamiento y otra auxiliar en la Dirección de Culta “Casa Mata”, aseguran que este documento fue obtenido en la Ciudad de Puebla. Al menos esa es la versión más acercada a la verdad. Sin embargo, el título falso obra en manos de este reportero.

El final feliz y legal, el válido.

Se solicitó información ante el INAI, a través de la Plataforma Nacional de Transparencia y esta a su vez, la pidió ante la SEP: “solicito copia digital de los títulos en licenciatura, Maestría y/o doctorado expedidos a nombre de José Alberto Granados Fávila…”

La respuesta contunde de la Dirección General de Profesiones (DGP) el 17 de agosto del 2023 fue la siguiente:

“…Que después de realizar la búsqueda exhaustiva y razonable en el Registro Nacional de Profesionistas, no se localizaron trámites de registro de título para la expedición de la cédula profesional correspondiente, a nombre de la persona que refiere, por lo cual no es posible proporcionarle lo requerido. Por ello resulta aplicable 07/17 emitido por el Pleno del INAI, el cual establece:

“.. Casos en los que no es necesario que el Comité de Transparencia confirme formalmente la inexistencia de la información…”.

En otras palabas, la información solicitada no se encuentra en los archivos. El diputado no tiene licenciatura ni maestrìa, Miente. Es un farsante, es un Usurpador de profesión y traidor a sus representados, quienes lo eligieron.

El diputado no tiene licenciatura ni maestrìa, Miente. Es un farsante, es un Usurpador de profesión y traidor a sus representados, quienes lo eligieron.

Los polémicos periodistas y analistas políticos, -el primero con gran talentoso, y el otro, pues… es un remedo o, mejor dicho, un intento fallido de reportero-, José Ángel Solorio y Víctor Contreras dejaron constancia en días pasados de la bronca gratis, –por la falta de oficio político e inexperiencia-, en la que está metido el diputado José Alberto Granados Fávila.

Y mientras escucho el último y original concierto de los Beatles en la azotea de un viejo edificio de Londres, con la policía encima, y según los abrigos que traían puestos, estaba haciendo un frio que calaba los huesos, pero que calienta el alma y la emoción se hincha para los “bitlerianos” de corazón.

Prosigamos.

El que acusa demuestra, el que afirma sustenta, el que juzga presenta argumentos, hechos y pruebas. Y el Maestro Solorio, pese a su sobrada inteligencia, cultura inagotable y talento desperdiciado, solo hizo un análisis de un “fantoche diputado” y, son datos ciertos, pero sin sustento, de “terceras oídas”. No investigó. Solo afirma, pero no demuestra.

Con anterioridad, al iluso Víctor Contreras, y tan “romántico” como Fernando Acuña, — que, según sus asiduos lectores, los de Fernando, claro está, les gustaba más su columna “Cuadrante Político” cuando “no le entendían”, y que ahora debe titularse “Círculo Político”, porque no le encuentras lado alguno– seudo periodista, “dicen los que conocen de aguacates” que le bajaron la página de su portal El Confidencial/mx, de tantos reportes negativos que enviaron a Facebook y otros, quesque fueron “ordenes de más arriba”.

Lo cierto, es que esta historia empieza y termina con la voluntad política del congreso del Estado, la Fiscalía General de la República, de dos funcionarios de primer nivel del tercer piso de palacio y en su caso de un todopoderoso “innombrable” que no tiene cargo, pero que tienen mucho poder en todo el estado.